Enraizando la Casa de las mujeres
¿Qué queremos decir cuando decimos que la casa de las mujeres de Oñati será feminista, comunitaria, interseccional y empoderadora? Para definir estas cuatro bases se ha celebrado una mesa redonda en el marco del proceso participativo, para asentar las raíces de la casa y que para que todas hablemos "en un mismo código".
El proceso participativo Emakumion Etxia Eraikitzen ya se ha embarcado en la fase de arraigo. Aquí se pretende definir y tomar decisiones en las sesiones que se desarrollarán hasta el verano. Le hemos dado el pistoletazo de salida con una mesa redonda. En ella participaron Onintza Andrés Aranceta, técnica de participación del Ayuntamiento de Oñati, Soraya Ronquillo Peña, de la asociación Bidez Bide, y Olatz Dañobeitia Ceballos, técnica de participación de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
De hecho, hace un año se pusieron cuatro ideas en la base de lo que será Emakumion Etxia, "Emakumion Etxia de Oñati será un equipamiento público que se basa en cuatro pilares. Pero hemos visto que nos falta definir de qué hablamos cuando hablamos de cada uno de estos conceptos. Necesitamos una base para hablar en la misma clave. Y veremos qué definiremos hoy, a lo largo del proceso y a lo largo de los años, junto con la andadura de la casa ", explicó Jone Arriolabengoa, técnica de Igualdad.
Feminista, comunitaria, interseccional y empoderadora son las cuatro raíces que se entrelazan. Soraya de Bidez Bide destacó que "una de las fortalezas de la mirada interseccional es que visibiliza todas las opresiones y nos reconoce como agentes sociales en esta sociedad de destino". Y añadió que «necesitamos recursos que permitan que estas mujeres migradas que actualmente se dedican al trabajo doméstico participen en la Casa de las mujeres».
Olatz Dañobeitia habló de comunidad y empoderamiento. "Los expertos dicen que en los últimos 40 años la comunidad se ha ido disolviendo. Siempre se dice que somos seres sociales, que por naturaleza vivimos unas con otras. Pero en cambio, tal y como nos han organizado el mundo, se basa en la autosuficiencia. Puedo sola y puedo arreglarme sola. Vemos ahí valores opuestos". Y dibujó el recorrido desde el empoderamiento personal hasta el empoderamiento de la comunidad: "Por un lado tenemos el empoderamiento, que una trabaje las capacidades; el siguiente paso es ser consciente de que esas dificultades que una tiene no son culpa de una misma, son consecuencias estructurales; y el tercero es el empoderamiento colectivo, que todas nos unamos e intentemos cambiar las cosas".
Onintza Andrés explicó que las políticas municipales pueden incidir directamente en el fortalecimiento o debilitamiento de la comunidad y, en este sentido, la administración tiene la responsabilidad de ofrecer oportunidades para posibilitar las relaciones. "Muchas veces no conocemos a nuestros vecinos porque las casas están creadas así para entrar directamente desde el garaje a la puerta de casa. Por eso son necesarios parques, plazas, equipamientos públicos... necesitamos relaciones y tenemos que facilitarlas". A la hora de cuidar a la comunidad y facilitar las relaciones, incidió en que los equipamientos físicos influyen mucho. "Importan los edificios, cómo se organiza físicamente, pero sobre todo lo que pasa en ellos y qué tipo de relaciones se facilitan. Fácil acceso y salida. No sólo desde el punto de vista de la accesibilidad. Que cualquiera sepa qué se hace ahí, si hay normas o no, horarios... No nos preguntamos por qué en algunos equipamientos públicos no entra un colectivo concreto ".